9.30 suena el despertador, lo apago y sigo hasta las 10 o 10 y media… no me gusta madrugar ya madrugué 15 años de mi infancia y adolescencia… suficiente para una vida. Salgo al balcón y me estiro. Buen día sol, buen día árboles, buen día perros, buen día paseador de perros, buen día auto que está por atropellar al paseador de perros, buen día smog, buen día polución, mejor entro y me sigo estirando en el living. Hago una repetición de movimientos de yoga que se llaman saludo al sol, siento que me armonizo y me cargo de energía positiva. Ahora sí, voy a la cocina y tomo mis vitaminas, nada de comprimidos, todo natural. En un vaso con agua mezclo una cucharada de germen de trigo para la vitamina E, una cucharada de chia para el omega 9, una de spirulina para toda la vitamina B y las proteínas que no consumo de la carne (porque no como nada que tenga ojos) lino procesado para la fibra, equinacea para las defensas, ginseg para la vitalidad, polen para no sé bien qué, una cucharada de maca para la energía y glup! Fondo blanco. Todos me dicen que es un asco lo que tomo… es cierto todo junto es medio asqueroso pero me hace bien y me aleja del doctor.
Hace unos años empecé con la macrobiótica, después me aburrí y pasé a la ayurveda, y de ahí hice infinitas dietas naturales porque me encanta comer sano. Sólo hay algo con lo que no tranzo: el azúcar. ¡Cómo me pueden los dulces! aunque tengo claro que el azúcar es veneno amo ese veneno… ¿será el veneno de la felicidad? Me fascinan todos los dulces en todas sus formas y tamaños, y las harinas!! Otro venenito… mi torta preferida es la pasta frola que pelea el top con la rogel pero mi verdadera debilidad son los chocolates, sobre todo en invierno.
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